Por fin, con un poco de imaginación, he conseguido colocar el apoyabrazos de modo que no moleste para nada (freno de mano y cambios de marcha) y que siga siendo útil.
Sólo he cortado el soporte de la pieza principal, lo más próximo al límite donde encaja en el hueco del coche, y he perforado dos agujeros en la base del reposabrazos. Cada uno a la altura de los dos anclajes de la pieza original.
Es decir, uno en la parte del pequeño tornillo delantero y otro en la parte de atrás, donde lleva el soporte del tornillo roscado. Es difícil describir la operación aquí, pero muy fácil de hacer en realidad.
Para sujetar la pieza al nuevo soporte cortado, he utilizado un largo tornillo atrás con sus arandelas y tuercas. Y en la parte delantera una pieza de esas que se usan en los muebles, encajada en el hueco que antes se tapaba con una tapita. Los que hayan puesto el reposabrazos que vende Peugeot como accesorio sabrán por donde van los tiros.
La parte del coche (la pieza de plástico donde va el cenicero trasero, freno de mano...) no se ha tocado para nada. Sólo he modificado la pieza que sujeta el reposabrazos, de modo que si un día la quito no se notará absolutamente nada.
Dos pegas: la primera, que no me importa nada, es que ahora no se eleva. Va en posición fija tal como se ve en las imágenes. La segunda, hace que meter la llave en la desconexión del airbag sea imposible. Tampoco me preocupa porque siempre lo llevo conectado. Si vienen peques coche nuevo y listo!
El resultado es bueno, ahora está situado mucho más abajo, no molesta nada, es mucho más robusto que antes y hasta parece que venía de origen en el coche.