3008 Hybrid Diesel

[alomar]

Hola a todos

Tengo una gran duda que se ha ido haciendo más grande en estos últimos años. En el 2014 me  compré el 3008 Hybrid. Como sabréis son 200CV entre motor Diésel y eléctrico. En aquel entonces era una de las mejores combinaciones de motor diésel (bajas emisiones de CO2) y motor eléctrico (cero emisiones). Vaya por delante que para mí era el SUV de mejores prestaciones y de relación calidad/precio. Y lo sigue siendo. Tiene potencia, buen comportamiento en carretera y hasta ahora no ha tenido ningún fallo, el funcionamiento de todos los sistemas electrónicos de control va perfecto. Pero....

Desde la reciente campaña de ataque al diésel, combinado con la campaña de lanzamiento de las etiquetas ambientales, y después de las recientes campañas de amenazas y restricciones a todo lo que huele a gasoil, se ha destapado la gran estafa.

 La primera decepción: la famosa etiqueta ambiental que le corresponde a este vehículo es la denominada B amarilla (la de nivel inferior). Lo escandaloso es que ni siquiera está previsto que en la etiqueta figure al menos la indicación de vehículo Híbrido. Es la misma etiqueta que puede tener cualquier vehículo antiguo, sea gasolina o diésel. Resumiendo, la condición de ser híbrido en este caso ha quedado totalmente reducida a la nada. Por tanto será el primero en sufrir cualquier restricción que en el futuro aparezca. De nada servirá argumentar que este es un vehículo que reúne las mejores condiciones de control y reducción de emisiones contaminantes. Las autoridades han creado un sistema de clasificación de coches incompleto y confuso. No ha servido para nada. Ni la inversión, ni el peso extra en motor eléctrico y baterías. Como si no lo tuviese.

Recientemente ya he pasado la primera ITV, he intentado utilizar todos los argumentos habidos y por haber ante ITV, la DGT...para que rectifiquen y corrijan lo que considero un error absurdo. Pero no he conseguido ningún resultado por la propia ambigüedad de las normas que se han creado con tanta precipitación, respondiendo más a ciertos intereses del mercado que no a una realidad objetiva.

La segunda decepción: El principal responsable de esta situación es el fabricante,  Peugeot, que se ha desentendido de dar soporte a un buen número de fieles clientes que apostamos en su momento por una tecnología puntera. Tiene una explicación clara, ya no se fabrica, y por tanto, ya no tienen ningún interés por vender más este modelo. Ni por entrar en polémicas, supongo.

Resumiendo: nos han estafado a todos. Se nos han vendido unas capacidades, con demasiada rapidez y frivolidad, a sabiendas de que se iban a cambiar las normas.

Me gustaría saber quién más se considera afectado y estaría dispuesto a dar soporte a una campaña para reclamar que se reconozca como vehículos de bajas emisiones los diésel híbridos de Peugeot. Y si existen de otras marcas también, por supuesto.